martes, 2 de noviembre de 2010

Novimbre 2.... día de muertos?

Las tradiciones que tienen que ver con la muerte las desconozco por completo. No sé qué día es el del jalogüin, el de los pequeños difuntos, el de los adultos, cuándo se pone el altar y realmente el significado del zempasuchitl si es que así se esribe el nombre de esa llamativa florecilla.
Sé que es 2 de noviemre, que este fué un fin de semana largo, que debo desde el sábado en lanoche dopada para dormir cosa que ha sido deliciosa pero absurdamente evasiva, que tengo que lavar ropa, pintrme las canas y sobre todo decidir algunas cosas que me tienen atorada desde el sábado.
Así que más allá del tema de día de muertos, hoy quiero hacer énfasis en las mentiras.
¿Por qué mentimos? Me queda claro que tanto hombres como mujeres aplicamos ese recurso pero que ambos lo hacemos por razones distintas. Yo descubrí algunas mentiras el fin de semana que me tienen sin ánimos de nada y sin poder tomar siquiera una decisión ante el mentiroso en cuestión. He decidido sólo dormir.
Yo sé que no puedo curarme en salud diciendo que jamás he mentido, pero si puedo asegurar que omito la verdad cuando no me la preguntan y ni modo, cuando me cuestionan digo la verdad procurando utilizar las palabras menos dañinas porque enfrentar una mentira cuando le tienes tanta confianza a alguien creo que es mucho más doloroso que un grano en la oreja.
No puedo quitar la droopy face, de hecho quiero seguir dormida. Pero hoy desperté mandando un mensaje de hablar hoy, no mañana ni pasado... HOY. Creo que sólo hoy tendré el valor de descoser todo lo que tengo dentro y quizá ponerle fin a este asunto que ha traido más cosas malas que buenas aunque confieso que las buenas siempre han valido la pena.
Sólo quiero dormir.... mucho, de hecho si no tuviese labores del hogar y eliminar la edad de mi cabellera seguramente en este instante me aventaría otra pasta, aplicaría horizontal en posición fetal, y hasta mañana.
Pero sé que ya debo comenzar a acomodar mi vida. Aunque siento que no tengo nada de fuerza. Ni tantita.
No tengo fuerza para cambiar mi trabajo, para decidir qué quiero hacer con mi vida, para cambiar a la persona a la que decidí regalarle mi amor incondicional.....
Ay.... no sé cómo voy a hacerle.....
Ni siquiera sé si contestarán mi mensaje de texto.

No se supone que todas esas indecisiones y miedos son parte de la adolescencia? Ya tiene tiempo que la dejé atrás!!! por qué me sucede hasta ahora?

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