martes, 12 de octubre de 2010

Wedding mood.

No, no es para asustarse. Eso no quiere decir que ande viendo "preparativos" simplemente voy a una boda, y de las más complicadas. De una sobrina mía.
Por qué complicado? Pues porque será la típica reunión familiar en mi pueblo donde estará TODA la enorme familia reunida más los amigos más cercanos y donde todos tendremos que sonreír y llegar como la familia feliz y tendremos que soportar mi hermana y yo las típicas preguntas de "y ustedes para cuándo".
(Ya de regreso de la boda)
Pues ahí esabamos, vestido, tacón, y pestaña peinada. Sobreviviendo a los saludos y a los comentarios "agradables": "Ayyyy.. pero qué bien te ves, qué te hiciste? Dimé qué te estás metiendo para tener esa cintura?". "Qué guapa... jamás te había visto guapa" (plop)  "Cuentame?!!! Hay galanes? Ya te casas? Ok, algún prospecto?.. No?!! Pero cómo puede ser eso!!Como diría mi papá que en paz descanse: "matrimonio y mortaja del cielo baja, pero en esta tierra se trabaja" así que tú dime y yo empiezo a buscarte marido.
Y así pintaba la noche cuando afortunadamente mi hermana decidió darme una sobredosis de "güisqui" y muchos souvenirs de boda bailando a ritmo de payaso de rodeo para que por un momento no escuchara esas voces familiares que más que ser "agradables" se convierten en una tortura y motivo principal para reiterarme el por qué no vivo en el pueblo.
Entre el mareo, las luces de colores, las mujeres brincando por el ramo y las típicas escenas de boda que hacen que siempre siempre uno suspiré deseando lo que tiene enfrente, no pude evitar pensar en la falta que hace ahí, a un ladito. Bastante triste el asunto por cierto. Y en lugar de sentirme deprimida, regresé cansada, harta y con muchas ganas de vivir otras cosas en todos los sentidos.
En fin.
Afortunadamente no hay otra boda en agenda próximamente, cosa que considero bastante agradable.

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