Tengo tanta hambre que siento que hago bizcos.. Pero no me importa. Hoy no me importa. Hoy no busco qué comer ni con qué llenar mi vacío, porque más allá de cualquier cosa, el vacío interno; llenado por comida a esta edad (33 recién cumplidos) se multiplica a gran velocidad en células adiposas y en flacidez que desafortunadamente no puedo combatir ya que ni tengo un marido que lo pague, ni gano lo suficiente como pasarme todo el día en tratamientos de belleza y cremas caras.
Qué difícil es todo esto. Qué difícil es sentirse enojada con el mundo porque el mundo no entiende lo que uno siente. Qué difícil es querer irse al lugar más lejano que exista, con el clima más extremo, con el idioma más incomprensible y ahí forjarse una vida.
Todo es tan distinto de como lo imaginé cuando era pequeña.
Quizá, con esa premura alguien pueda entender mi decepción mi angustia y sobre todo mi sentimiento de fracaso ante lo que me he encargado de forjar en mi.
Vale más o vale menos dar detalles. Los detalles los saben las personas que me conocen.
Sólo si no fuera cobarde.
Sólo si tuviera más voluntad, más fuerza, si fuese más combativa..... Si lograra conseguir esa varita mágica para hacer cambiar sólo mi vida sin afectar la de los demás....
en fin....
muchas cosas que hacer..* que replantear... o simplemente resignarme a que la vida se me vaya entre las manos a la velocidad a la que a ella se le de la gana
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