jueves, 18 de agosto de 2011

Días sin quehacer

De verdad sigo sin entender por que a veces hay tantas cosas que hacer que ni siquiera tiempo tengo de respirar y hay días, (como lo ha sido esta semana) en la que no he hecho absolutamente nada.
A veces siento que venir a la oficina no sólo es un gasto sino un peligro ambiental. Recorrer la ciudad en auto para venir a hacer cosas que puedo hacer desde mi casa?
En fin....  Hoy no se me ocurre en que perder mi tiempo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Numb

Sentada en el lugar de siempre, en el que se supone que produzco dinero para sobrevivir mientras a mi alrededor las cosas pasan y pasan no sólo para mí sino para quienes me rodean.
"Cuéntale tus planes a Dios y se echará a reír",... hoy más que nunca creo en eso. En que a veces se te van las ganas, la paciencia, incluso la imaginación para hacer más planes. ¿Cómo no contarle si es omnipresente? Entonces si pienso en algo, él estará ahí para burlarse de lo que pienso?
No quiero pensar más. Tampoco quiero escuchar esa voz que existe en mi cabeza (si, si, .. se que se llama conciencia) que me dice cosas todo el tiempo y me juzga.
Quiero nadar de muertito.... así por la vida... viendo el cielo. Flotando en aguas tranquilas y simplemente dejándome llevar, ya sea mar a dentro o a la orilla (aunque seguramente al llegar a la orilla la ola me revuelque). Pero revolcada ya estoy y mucho... así que qué más da.
Esperar.... sin moverse... sin intentar, sin luchar.... tomar lo que venga. Sin planear.

jueves, 11 de agosto de 2011

Pastillitas de la felicidad

Pues en medio de toda una tormenta emocional, hormonal y mental, las pastillitas de la felicidad me han dado cierta claridad (o entumecimiento) para poder llevar a cabo las actividades cotidianas.
Caí de nuevo en un rutina... de esas feas que nadie entiende.
Pero gracias a las pastillitas de la felicidad, hoy creo que tengo que retomar el camino de aquello de los nuevos rumbos y nuevas visiones.
Para dónde? no tengo la menor idea. Pero me siento un poco más tranquila de saber que por más que le escarbé agua no salió.
Mientras tanto... seguiré con las happy pills... y esperando las señales necesarias para hacer de esta.. lo que debe ser.... una vida feliz

martes, 9 de agosto de 2011

Y un día...

Despiertas y te das cuenta que hacía un par de días que no notabas los colores. Que la ventana es más brillante, que el cielo es azul, que la casa del vecino es naranja, que el café sin azúcar sabe mejor.
También te das cuenta que llevas 3 días sin bañarte, con la misma ropa, sin cepillarte el cabello. Que hay pendientes. Muchos, que hay que salir, y aunque sea sin ganas; hay que hacerlos.
El día es diferente. Se siente diferente. El infierno comienza a apagarse y poco a poco comienzo a reconocer mi entorno, a recordar los planes (no claramente) a dejar de tenerle miedo a las letras. A fluír.
Las preocupaciones siguen... aunque son menores. Que el hambre aún no regresa, así como tampoco lo ha hecho las ganas de peinarme.
Mi departamento quedó como un cuartel de guerra. Pero el hada madrina llegó y con su escoba seguramente cuando regrese todo habrá vuelto a la normalidad.
La normalidad....  Palabra de la que no encuentro definición, lugar o espacio en mi existencia..... Normalidad.

lunes, 1 de agosto de 2011

De regreso al infierno?

Bueno, eso aún no lo sé. Pero puedo notar que mi humor los últimos días es completamente hormonal. Sí, nuevamente cambio de tratamiento que al paso al que voy puedo deducir que terminaré intentando nuevamente las happy pills de la farmacéutica moderna.
Hoy por la mañana desperté, intenté cepillarme el cabello. Tenía un nudo en las puntas y fué tal mi desesperación que tomé unas tijeras e hice un auto corte de cabello.
Mínimo quedó parejo.
Son apenas 2.46 de la tarde. No sé cuánto tiempo aguante en mi espacio laboral, en dónde además tengo toneladas de pendientes que intento hacer sin que me gane la desesperación que mi propio cuerpo no puede controlar.
Por si fuera poco el "gusto" furó exactamente un mes..... Despariciones normales que eran de esperarse. Ahora sólo me queda aplicar lo aprendido para no perder la razón, mucho menos el sentido y sobre todo aferrarme a la frase "en esta ocasión no pretendo ser condescendiente".
Necesito remodelar mi departamento.
Por mí, iría ahora mismo a comprar pintura y lo haría. Lástima que hay que trabajar.