No recuerdo exactamente cuándo fue la ultima vez que me sentí así. No bien, no mal, no nada. Solo a la espera.
Quizá fue cuando salí de la universidad. En aquel entonces en donde además de tener el corazón roto, no tenía ni la más remota idea de qué hacer con mi vida, pero tenía la amenaza de que era el momento de comenzar a "ganar dinero" para mantenerme.
Recuerdo vagamente que en aquel entonces pasé no se cuánto tiempo acostada en mi cama viendo televisión. Literalmente me tatué las marcas del colchón en la espalda.
Tampoco recuerdo cuál fue el motivo que me hizo levantarme de la cama de golpe, pero lo hice. Y de alguna manera conseguí trabajo, el primero, el segundo, el tercero, el cuarto y llegué a los 30 y los pasé y llegó el día en el que me di cuenta de que ya no disfrutaba lo que hacía, y ese día decidí cerrar los ciclos de manera correcta porque no es lo mismo tener la responsabilidad de pagar la renta que flotar entre profesiones porque aún se cuenta con la mesada de los papás.
Y bueno, las horas, los días, las semanas corren en mi contra. En contra de lo que he tenido que poner en pausa por meses obedeciendo una instrucción de alguien más que hoy me tiene pasmada. Y necesito tanto tanto aclarar cosas. Cerrar ciclos, encontrar un nuevo empleo. Que espero que llegue del mismo modo que sucedió hace años. Así, como si nada. Ese que era para mí y que por fin este mar de angustia concluya.